HOSPITALIDAD N. D. LOURDES  
   LA CORUÑA 

      Archidiócesis de Santiago de Compostela 

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     PEREGRINACIÓN 2017


    
Este año cumplimos 37 años peregrinando a Lourdes, y hemos vuelto de Lourdes llenos de alegría y felices por estar unos días un poco mas cerca de Nuestra Madre. Como todas las peregrinaciones cada una tiene sus momentos, que hace que cada año la peregrinación a Lourdes sea diferente y que no te deje indiferente.

    Nos acompañaron un grupo de voluntarios de Jesuitas numeroso, que han colaborado animosamente en todos los actos de la peregrinación y han acompañado en todo momento a los enfermos con alegría y cariño.

     No sabemos muy porque, pero todas las personas, nos han comentado que fue una peregrinación alegre, en donde se vivía amor y compañerismo, y con más sensación de tiempo libre.

     Como todos los años, tuvimos los actos oficiales del santuario, Misa Internacional, Misa en la Gruta, Procesión Eucarística y Procesión de las Antorchas. También nuestros actos como peregrinación, y este año después de la misa en la Basílica del Rosario hubo un momento para que el que lo deseara pudiera confesarse con los sacerdotes que nos acompañaban. Era el primer año que lo hacíamos y la experiencia fue muy gratificante para todos, ya que se confesaron tanto peregrinos como enfermos.

    Este año tuvimos también la excusión a las cuevas de betharran, a la que fueron unas 100 personas. Finalizamos como todos los años con la fiesta de los enfermos, que siempre es un momento de alegría y diversión y como todos los años lo mas complicado es cabarla para ir a descansar.

     Todo esto, son solo palabras, si realmente quieres vivirlo y sentirlo, no lo dudes ven con nosotros a Lourdes el año que viene , será en el mes de mayo y del 17 al 21.

    Como siempre os animamos a colaborar con la única finalidad de mejorar y enriquecernos todos con vuestros comentarios y fotografías. Si queréis mandarnos fotos o hacer algún comentario de la Peregrinación, escríbenos a:

info@hospitalidadcoruna.es  

                                                                            
                                                                   

  

Fotografía de la Peregrinación

en formato JPG

 

FOTOGRAFÍAS DE LA PEREGRINACIÓN 2017

   Misa Gruta

 Procesión

Momentos 1

Momentos 2

Testimonios de La Peregrinación: anímate y escríbelo


"Es una experiencia única que no se puede explicar con palabras, hay que vivirla para poder entenderla realmente.
Los enfermos y su constante alegría me han enseñado algo nuevo cada día, así como a ver la vida de otra manera, a valorar lo que realmente importa y a disfrutar de las pequeñas cosas.
Me siento muy afortunada de haber tenido la oportunidad de ir a Lourdes, sin duda es algo que nos va a marcar para el resto de nuestra vida y que debería vivir todo el mundo."

María Fernández

"En mi vida ha habido un antes y un después.
Tras estos intensos días de experiencias increíbles, he reflexionado mucho sobre cómo vivir de forma rápida no te deja darte cuenta que hay muchas realidades peores que las nuestras a y a pesar de las dificultades nunca pierden la sonrisa.
Estoy muy agradecida. "
Sofia Ron


"El amor y bondad que se respira en Lourdes nos hizo a todos entregarnos a los demás y ayudar a los que lo necesitaban.
Recibimos muchísimo más de lo que dimos y estamos todos enormemente agradecidos. Gracias por hacernos pasar tres días con una continua sonrisa en la cara y conseguir que nos diésemos cuenta de que ayudando a los demás uno es mucho más feliz.
En todos estos actos de bondad hacia el prójimo, encontramos a Jesús y a su palabra."
Arantza Rascón

“Una experiencia que te remueve por dentro, en una palabra: agradecimiento."
Julia Peris




“Después de esta experiencia me doy cuenta de que en realidad nada es tan importante, hasta quien tiene menos es capaz de sonreír con poco.
Ver a los enfermos riendo por gestos tan simples de dar como una canción me ha hecho darle mil vueltas a cómo son en realidad las cosas.
Sinceramente, esta experiencia me ha cambiado la vida."
 
Matilda Filgueira

"Han sido grandes experiencias vividas en tan solo cinco días. Ya lo decíamos todos los voluntarios: "hemos hecho tantas cosas que parece que llevamos aquí un mes".
Y es que durante estos días uno se dedica por completo a lo demás, a hacer que se sientan bien, y a cambio todos ellos te lo pagan recibiéndote con una gran sonrisa, haciendo que todos tus problemas se sientan inferiores, casi minúsculos, y te transmiten una sensación de alegría inigualable."

Marta Dorrío


"Es una experiencia única que no se puede desaprovechar la oportunidad si la tienes.
Te enseña realmente a valorar aquellas cosas que son verdaderamente importantes, ya que es como una dosis de realidad 100%.
No se compara con ningún otro voluntariado."

Ángela Santiago

"Los momentos que pasamos en Lourdes son inolvidables, porque te dan la oportunidad de, no solo ayudar, sino también aprender de los demás. La felicidad intercambiada en tan pocos días es mayor a la que estamos acostumbrados."
Alejandra Vázquez


Para mí la verdadera felicidad y el verdadero amor está en las personas.
Yo en Lourdes, con esta familia para que quiero más, doy gracias a Dios por todo lo que uno siente y aprecia de verdad y eso en Lourdes junto a nuestra madre la Virgen lo ve, lo vive y lo siente, y lo más importante a pesar de las enfermedades tanto físicas como mentales. Al final somos todos iguales y nadie es imprescindible, esta gente disfruta con nada y yo con ellos disfruto, ni móvil ni internet, etc., yo me quedo con la gente sencilla, y al lado de Dios junto a nuestra madre y con esta gente que son la espera, una ola para todos ellos y gracias.
Rubén Redondo


Cuando me propusieron ir a Lourdes, realmente me decidía  de ir por curiosidad, una excursión mas, (pensaba yo). Nada más lejos de la realidad, nunca me había imaginado el poder vivir algo como esto.
Tengo la sensación de haber estado un mes entero allí. Una vez que entras en Lourdes y empiezas esa aventura, tu mundo cambia, es como si hubiese dos mundos paralelos, como si aquello fuese otra dimensión distinta a la que conoces.

Un sentimiento de llevar mucho tiempo nadando en un océano donde no hay tierra firme y Lourdes se volvió una isla firme donde descansar mi cuerpo y mi alma cansados.

Tu vida cotidiana se difumina y es como si allí estuvieras en casa, el cansancio desaparece por muchas horas que trabajes y muy pocas horas que duermas, siempre puedes con más, mucho más…
La sensación de conocer de  hace meses a las personas con las que compartes el viaje es fantástica, nadie es extraño, todos somos compañeros y amigos.

He vivido cosas que nunca había imaginado, conocido personitas que solo tenían amor y agradecimiento en la mirada a pesar de sus dificultades, que te cogían las manos y te daban 10 veces las gracias por ayudarles a beber un vaso de agua, algo que yo siempre vi simple y que muchas personas hacemos mecánicamente y que ahora valoro como jamás lo había hecho.

Los enfermos son personas llenas de vida, con almas jóvenes, sonrisas sinceras y miradas tiernas, personas que comparten todo lo que son contigo, contagiándote sus ganas de vivir, demostrando que el cariño es el mejor camino para llegar a todos lados y que un abrazo y un beso cuando son sinceros curan el  corazón y el alma.

Hay un antes y un después de Lourdes, ya no vuelves a ver la vida de la misma forma y aprendes a ver más. Como explicar la magia que desprende ese lugar…. no se puede expresar con palabras, solo puedes sentirlo viviéndolo allí, solo así podrás saberlo.

Da igual todas las explicaciones que pueda dar y las fotos que pueda enseñar para intentar mostrar lo que es aquello, no son suficientes… de todo lo que pudiera yo contar la persona que me escucha tendría que multiplicarlo por miles…  solo allá, más allá de lo visible y sin duda es una de las vistas más hermosas que he visto nunca.

Viviéndolo lo entiendes, entiendes el significado del verdadero Amor, un amor sin condiciones, sin reproches, sin barreras, un amor que vale la pena sentir y vivir.

Solo tengo palabras de agradecimiento y sentimientos puros hacia lo vivido allí, el miedo por muchas cosas se desvanece y deja paso a las ganas de afrontarlo todo con una mente abierta.

Gracias por lo vivido.
Gracias por las lecciones aprendidas.
Gracias por el privilegio de formar parte de algo tan grande.
Gracias, siempre GRACIAS.
Natalia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Es el tercer año que peregrino a Lourdes como voluntario de la Hospitalidad de A Coruña y cada año que vuelvo, siento lo especial que es este lugar tan maravilloso, situado entre los Pirineos Franceses.

Por la pequeña ciudad pasa el río Gave de Pau, que luego se adentra en el Santuario, quedándose mudo a su paso por la gruta, donde la Virgen se presentó a la pastorcita Sta. Bernadette Soubirous en 1858.

La Virgen le pidió, en una de las dieciocho apariciones, que se realizasen procesiones a la gruta y que se construyese una capilla. Actualmente existen tres basílicas y es visitado anualmente por millones de peregrinos de todo el mundo.

Personalmente, es allí donde hago balance del año y donde me doy cuenta de cómo Dios me va transformando y moldeando. En esta peregrinación, he querido expresarle a la Virgen mi gratitud por llevarme hasta ella todos estos años, por presentarme a su Hijo y por cuidarme durante toda mi vida.

Desde que llegamos, siento como el espíritu y el alma se van renovando. Todos nos vamos transformando por medio de su amor y una sonrisa. Siempre me ha impresionado como las personas enfermas se dejan ayudar en todo momento y de cómo llevan su cruz con dignidad, siendo felices y disfrutando de la vida. Creo que tenemos que aprender mucho de ellos y de sus familias.

Cada día que pasa, se vive tan intensamente que parecen semanas. Sin embargo, cuando termina, parece que todo ha sido un sueño. Cuando se lo conté a una amiga me contestó: “La Virgen y Dios desean que vivamos el día a día, como lo hacemos en Lourdes porque, aunque nos cueste más descubrirlo, en cualquier lugar del mundo en el que nos encontremos, podemos vivirlo igual”.

Tiene toda la razón, hay que vivir todos los días como un regalo y una gracia. Amando al prójimo y dando gracias a Dios y a la Virgen por todo lo que nos conceden. Incluso el ayudarnos a tener este encuentro con Ella y con todos los peregrinos cada año en Lourdes.

Cristian.

 

Las funciones matemáticas tienen la propiedad de asignar a cada valor un determinado suceso.

Durante muchos años pensé que la vida debería ser siempre así. Un fin claro, independiente de todos los caminos. Algo que de antemano o que a base de jugar con la experiencia pudiese llegar a conocer. Evitando así todos los sufrimientos que como seres humanos siempre debemos pasar antes de llegar a rozar lo que es la felicidad.

Sin embargo ahora, tras gratas experiencias que me han acercado cada vez más al camino que mi familia siempre siguió, el de la fe, pero que yo por inmadurez y rebeldía hubo épocas que ignoré; puedo admitir que mis exigencias de mentalidad excesivamente fría no estuvieron nunca justificadas.

Quizás fue la situación previa de lo que iba a ser la peregrinación a Lourdes, o simplemente la mano divina, pero hasta el momento, de todas las peregrinaciones que he vivido, esta ha sido la más intensa.

Yo quería olvidarme de mí misma. Dejar a un lado mis preocupaciones sentimentales, emocionales… que al final no valen nada. Y sentirme útil en otro ámbito.

Y vaya que lo conseguí, aunque me haya dado cuenta ahora, en uno de esos momentos reflexivos que no siempre disfruto. La mirada de la Virgen, haciendo gala de su inmensa capacidad para ayudarnos a todos, también se posó sobre mí.

Desde la primera visita a la Gruta no hice más que agradecer, no sentía necesidad de nada. Y yo muchas veces he tenido la costumbre de solo acudir a ella, a Nuestra Madre para pedir y plantear preguntas. Que al no mostrarme respuestas rápidas, me frustraban aún más.

Ahora, ya no. Ver a personas que disfrutaban de una simple sonrisa. Que agradecían con cariño un “Buenos días” me dejó con el corazón al descubierto y la cabeza dando tumbos. A mí siempre me gustó ayudar a los demás, por los valores cristianos que en mi casa me inculcaron, pero con frecuencia me volvía fría y distante ante muestras de cariño, por el temor a salir herida.

Pero en este momento veo que esa armadura de hielo va desapareciendo, que se derrite por el calor de la fe. Y que me empieza a liberar para permitirme disfrutar de la alegría de la vida. Y de los múltiples senderos que la Virgen decide que se crucen con el mío.

En Lourdes ERES y ESTÁS para los demás. Ayudar a los enfermos, ver cantar a los voluntarios, escuchar pacientemente lo que cada uno te quiera contar...y sobretodo aprender de todos y cada uno de ellos.

Sonreír, durmiendo cuatro horas. Tener ganas de llorar, por todas las bendiciones que se te dan sin merecer... A mí solo me queda volver a agradecer a Nuestra Señora de Lourdes...y si acaso pedirle que me permita volver a visitarla pronto. Para que observe objetivamente, con ojo crítico de madre, si sus cuidados están obrando en mi ser, algún ansiado cambio de los que yo ya siento.

Marina Isabel

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                        Santiago 18 de mayo de 2017

 Queridos Geli Y Fernando:

 Lo primero es daros las gracias por vuestro interés en que asistiese a Lourdes y el ojo puesto después de las celebraciones, para ver si habían tenido una repercusión en mí.

 Por eso creo que llega la hora de contaros mi experiencia personal. Fui tres veces a visitar los lugares en los que se desarrolló la vida de Bernardette.  

Es impresionante que cuando Dios quiere comunicar un mensaje lo hace a través de una niña de 15 años, que fácilmente no supiese ni leer y además sumida en la pobreza. Es la misma situación  de Nazaret en el siglo primero con una niña de 12 o 13 años. 

 Cuando te acercas a esa luz resuena con mucha fuerza y sentimiento la reacción de Pedro: apártate de mí que soy un pecador. Esta experiencia  brotó con mucha fuerza. La verdad que me falta la segunda parte que narra el Evangelio de Lucas: No temas, desde ahora serás pescador de hombres

 Muchas veces estos días he tenido muy presente la frase de que “hay que ver mirando” (admirando). Ver vemos muchas cosas, pero admirar, admirar,  más bien pocas.

 Finalmente la verdad es que creo, a lo mejor ingenuamente, que todo hubiese sido distinto,  a nivel de grupo, sin los chicos de nuestro Colegio. Realmente en todas sus participaciones y atención a los enfermos han estado a gran  altura. Me alegro mucho por las imágenes de la juventud que tiene la sociedad en la que vivimos.

Gracias de nuevo y un fuerte abrazo. 

Padre Ignacio

 

Peregrinación a Lourdes del 13 al 17 de mayo de 2017

Voy a expresar mi experiencia en Lourdes con una única y sencilla frase:

“Lourdes ha sido un bálsamo para mi alma”.

Por lo que he vivido estos días, el amor altruista entre las gentes, la belleza exterior que nos conduce a la interior, y esa gran alegría que se percibe y te contagia.

Lourdes engancha y ya siento que tengo y necesito volver. Me queda esperando un lugar repleto de paz, serenidad y contemplación, un lugar idílico que da la sensación que estás en ¡un cielo!.

Vuelvo con ganas de regresar, porque si hay algo que Lourdes te enseña es a Vivir como Jesús nos enseñó.

Lourdes me ha hecho SENTIR a través de los voluntarios, los enfermos, las familias, los niños, los peregrinos … y besos, abrazos, apretones de mano, caricias, cantos, liturgias, procesiones que te emocionan, que te hacen caer las lágrimas hasta tocarte el corazón, rompértelo a pedacitos y elevarte hasta ¡tocar el Infinito…!.

Vuelvo a casa con el SENTIMIENTO de Lourdes, con el corazón cambiado pues si hay algo que se cura en Lourdes, es el corazón…

He podido contemplar a esos Ángeles en la Tierra, los enfermos, lo grande que son, y yo a su lado, lo diminuta que soy. ¡Cuánto nos transmiten y qué lección de Vida me han dado, cuánta Alegría, Ilusión, Amor y Esperanza!.

Me han dicho muchas veces que me acercara a Lourdes, me han contado experiencias pero hasta que llegas allí, nunca te haces a la idea de lo que te envuelve y de lo ligera de equipaje que vuelves a casa.

Me quedo con que todos deberíamos pasar por Lourdes.

Gracias a toda la Hospitalidad de Lourdes por darme esta oportunidad y por tanto trabajo que hacen por y para los demás.

Gracias a los enfermos, a los sacerdotes, a todos, por enseñarme a caminar en estos días.

Gracias a mis dos estrellas, Gely y Fernando, por darme este inmenso regalo.

En fin, gracias por enseñarme esta experiencia de Vida, por tanto Amor y tanta Esperanza, tantas Alegrías y Emociones encontradas y compartidas, y por enseñar como ¡continuar el Camino de la Vida!.

Un abrazo de corazón,

María Jesús Sánchez Fuentes